El cáncer de mama es uno de los problemas de salud más prevalentes y formidables que afectan a las mujeres en todo el mundo. Con su intrincada interacción de genética, factores de estilo de vida e influencias ambientales, el cáncer de mama plantea importantes desafíos tanto en su comprensión como en su tratamiento. El cáncer de mama no es una entidad singular sino más bien un espectro de enfermedades, cada una con sus propias características e implicaciones distintas. Cada año, millones de mujeres reciben un diagnóstico y enfrentan un viaje lleno de incertidumbre, miedo y esperanza. Su impacto de largo alcance trasciende las meras estadísticas y afecta las vidas de personas, familias y comunidades.
Tipos de cáncer de seno
El cáncer de mama abarca un espectro de enfermedades caracterizadas por el crecimiento descontrolado de células anormales en el tejido mamario. Comprender los distintos tipos de cáncer de mama es esencial para adaptar las estrategias de tratamiento y pronosticar los resultados de manera efectiva.
1. Carcinoma ductal in situ (CDIS)
DCIS representa una forma no invasiva de cáncer de mama en la que las células anormales están confinadas dentro de los conductos lácteos de la mama y no han invadido el tejido circundante. Si bien el CDIS se considera un precursor del cáncer de mama invasivo, es altamente tratable y tiene un pronóstico favorable.
2. Carcinoma ductal invasivo (CDI)
El IDC es el tipo más común de cáncer de mama y representa aproximadamente el 80% de todos los casos. Se origina en los conductos lácteos de la mama, pero tiene propensión a invadir el tejido circundante, incluido el tejido adiposo y, a veces, los ganglios linfáticos. El IDC puede presentarse como un bulto palpable o manifestarse a través de cambios observados en los estudios de imagen.
3. Carcinoma lobulillar invasivo (ILC)
ILC surge de los lóbulos, las glándulas productoras de leche del seno. A diferencia del IDC, que normalmente forma una masa distinta, el ILC a menudo se presenta como un engrosamiento difuso del tejido mamario, lo que dificulta su detección mediante mamografía. La ILC tiene un patrón de crecimiento único y puede extenderse a otras partes del cuerpo, incluido el tracto gastrointestinal y los órganos reproductivos.
4. Cáncer de mama triple negativo (TNBC)
TNBC se refiere a cánceres de mama que carecen de expresión de receptores de estrógeno (ER), receptores de progesterona (PR) y receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2). Este subtipo representa aproximadamente del 10 al 15 % de todos los cánceres de mama y tiende a ser más agresivo que otros tipos. El TNBC plantea desafíos en el tratamiento debido a la eficacia limitada de las terapias dirigidas a hormonas, lo que requiere enfoques de tratamiento alternativos como la quimioterapia.
5. Cáncer de mama con receptores hormonales positivos (HR+)
Los cánceres de mama HR+ expresan receptores de estrógeno (ER), receptores de progesterona (PR) o ambos. Estos receptores facilitan el crecimiento de células cancerosas en respuesta a la estimulación hormonal. El cáncer de mama con receptores hormonales positivos comprende la mayoría de los casos de cáncer de mama y a menudo responde a terapias dirigidas a hormonas, como los moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (p. ej., tamoxifeno) y los inhibidores de la aromatasa.
6. Cáncer de mama HER2 positivo
Los cánceres de mama HER2 positivos sobreexpresan el receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2), una proteína implicada en el crecimiento y la división celular. La amplificación de HER2 promueve un crecimiento tumoral agresivo y se asocia con un peor pronóstico. Sin embargo, las terapias dirigidas como trastuzumab (Herceptin) y pertuzumab (Perjeta) han mejorado significativamente los resultados para las pacientes con cáncer de mama HER2 positivo.
7. Cáncer de mama inflamatorio (CMI)
El IBC es una forma poco común y agresiva de cáncer de mama que se caracteriza por enrojecimiento, hinchazón y calor en la mama, que se asemeja a una inflamación. A diferencia de otros tipos de cáncer de mama, el IBC normalmente no se presenta como un bulto distintivo, lo que dificulta su diagnóstico. El IBC requiere un tratamiento rápido y agresivo, que a menudo implica una combinación de quimioterapia, cirugía y radioterapia.
Causas del cáncer de mama
El cáncer de mama es una enfermedad multifactorial influenciada por una compleja interacción de factores genéticos, hormonales, ambientales y de estilo de vida. Si bien las causas exactas del cáncer de mama siguen siendo difíciles de determinar, se han identificado numerosos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de que una persona desarrolle la enfermedad.
1. Mutaciones genéticas
Las mutaciones hereditarias en genes específicos, como BRCA1 y BRCA2, aumentan significativamente el riesgo de cáncer de mama. Estos genes participan en la reparación del ADN dañado y en el mantenimiento de la estabilidad genómica. Las mujeres con mutaciones en BRCA1 o BRCA2 tienen un riesgo sustancialmente mayor de desarrollar cáncer de mama a lo largo de su vida en comparación con la población general.
2. Historia familiar
Los antecedentes familiares de cáncer de mama, especialmente entre parientes de primer grado (padres, hermanos, hijos), pueden elevar el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad. Si bien sólo un pequeño porcentaje de los cánceres de mama son atribuibles a mutaciones genéticas hereditarias, la agrupación familiar de la enfermedad sugiere la participación de una predisposición genética en ciertos casos.
3. Factores hormonales
El estrógeno y la progesterona desempeñan papeles cruciales en el desarrollo y crecimiento del tejido mamario. La exposición prolongada a los estrógenos, ya sea de forma endógena (p. ej., menarquia temprana, menopausia tardía) o exógena (p. ej., terapia de reemplazo hormonal), se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama. De manera similar, las mujeres que no han tenido hijos o que tienen su primer hijo a una edad más avanzada pueden tener un mayor riesgo debido a la exposición prolongada a los estrógenos y la progesterona.
4. Edad
La edad avanzada es uno de los factores de riesgo más importantes para el cáncer de mama. El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad, y la mayoría de los casos se diagnostican en mujeres mayores de 50 años. Sin embargo, el cáncer de mama puede ocurrir a cualquier edad y las mujeres más jóvenes no son inmunes a la enfermedad.
5. Historia personal de cáncer de mama o ciertas afecciones mamarias benignas.
Las mujeres a las que previamente se les ha diagnosticado cáncer de mama tienen un mayor riesgo de desarrollar un nuevo cáncer primario en la misma mama o en la contralateral. Además, ciertas afecciones mamarias benignas, como la hiperplasia atípica o el carcinoma lobulillar in situ (CLIS), pueden conferir un riesgo elevado de cáncer de mama posterior.
6. Exposición a la radiación
La exposición a radiaciones ionizantes, especialmente durante la adolescencia o la edad adulta temprana, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama en el futuro. Esto incluye tratamientos de radiación terapéutica para afecciones como el linfoma de Hodgkin y otros cánceres, así como la exposición ocupacional o ambiental a la radiación.
7. Obesidad y sedentarismo
La obesidad y la falta de actividad física se han identificado como factores de riesgo modificables del cáncer de mama. El tejido adiposo produce estrógeno y el exceso de grasa corporal puede provocar niveles circulantes más altos de estrógeno, lo que puede promover el crecimiento de cánceres de mama con receptores hormonales positivos.
8. Consumo de alcohol
El consumo de alcohol, incluso en cantidades moderadas, se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama. El mecanismo por el cual el alcohol ejerce sus efectos cancerígenos en el tejido mamario no se comprende completamente, pero puede implicar vías hormonales y estrés oxidativo.
9. Factores dietéticos
Si bien la relación entre la dieta y el riesgo de cáncer de mama es compleja y no está completamente aclarada, ciertos patrones dietéticos pueden influir en el riesgo de enfermedad. Una dieta rica en grasas saturadas y alimentos procesados y baja en frutas, verduras y fibra se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama.
10. Exposiciones ambientales y ocupacionales
La exposición a ciertos contaminantes ambientales, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, puede contribuir a un mayor riesgo de cáncer de mama. De manera similar, la exposición ocupacional a carcinógenos, como los que se encuentran en las industrias química, textil y agrícola, puede elevar el riesgo de cáncer de mama entre los trabajadores expuestos.
Síntomas de cáncer de seno
El cáncer de mama puede presentarse con diversos signos y síntomas, que van desde cambios sutiles en la apariencia de la mama hasta anomalías más palpables. Reconocer estos síntomas y buscar una evaluación médica de inmediato es crucial para la detección temprana y mejores resultados del tratamiento.
1. Bulto o masa
El síntoma más común del cáncer de mama es la presencia de un bulto o masa en el área del seno o de la axila. Estos bultos pueden sentirse firmes o duros y pueden ser dolorosos o no. Es importante tener en cuenta que no todos los bultos en los senos son cancerosos, pero cualquier bulto nuevo debe ser evaluado por un profesional de la salud.
2. Cambios en el tamaño o forma de los senos
El cáncer de mama puede causar cambios en el tamaño o la forma de la mama. Esto puede incluir asimetría entre los senos o cambios notables en el contorno, como hoyuelos, arrugas o hendiduras en la piel.
3. Cambios en la piel.
El cáncer de mama puede causar cambios en la textura o apariencia de la piel de la mama. Esto puede incluir enrojecimiento, calor o engrosamiento de la piel, así como la aparición de crestas, escamas o picaduras (que se asemejan a la piel de una cáscara de naranja).
4. Cambios en los pezones
Los cambios en la apariencia o posición del pezón pueden ser indicativos de cáncer de mama. Esto puede incluir inversión del pezón (girar hacia adentro), retracción (tirar hacia adentro) o cambios de forma o tamaño. También se debe evaluar la secreción del pezón, especialmente si tiene sangre o se produce sin apretar el pezón.
5. Dolor o malestar en los senos
Si bien el dolor de seno no suele ser un síntoma común de cáncer de mama, algunas mujeres pueden experimentar dolor o malestar persistente en el área del seno o del pezón. Este dolor puede ser localizado o difuso y puede empeorar con el tiempo.
6. Hinchazón o agrandamiento
El cáncer de mama inflamatorio, una forma rara y agresiva de cáncer de mama, puede causar una rápida hinchazón o agrandamiento de la mama. Esta hinchazón puede ir acompañada de enrojecimiento, sensibilidad o calor en el seno afectado.
7. Agrandamiento de los ganglios linfáticos
El cáncer de mama puede propagarse a los ganglios linfáticos cercanos, provocando que se agranden o duelan. Los ganglios linfáticos de la axila (ganglios linfáticos axilares) suelen verse afectados, pero también puede producirse inflamación en los ganglios linfáticos cerca de la clavícula o por encima del esternón.
Etapas del cáncer de mama
La estadificación del cáncer de mama es un proceso crítico que ayuda a los proveedores de atención médica a determinar la extensión de la enfermedad, guiar las decisiones de tratamiento y pronosticar los resultados. La estadificación tiene en cuenta varios factores, incluido el tamaño del tumor primario, si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos y si ha hecho metástasis a órganos distantes. El sistema de estadificación más comúnmente utilizado para el cáncer de mama es el sistema de estadificación TNM, que significa tumor, nódulo y metástasis. Las etapas varían de 0 a IV, con subcategorías que delinean aún más el alcance de la enfermedad.
Estadio 0 (carcinoma in situ)
La etapa 0 se refiere al cáncer de mama no invasivo, donde las células anormales se limitan a los conductos o lóbulos de la mama y no han invadido el tejido circundante. Los dos tipos principales de cáncer de mama en etapa 0 son el carcinoma ductal in situ (DCIS) y el carcinoma lobulillar in situ (LCIS). Si bien no es invasivo, el cáncer de mama en etapa 0 puede progresar a cáncer invasivo si no se trata.
Etapa I
El cáncer de mama en etapa I es una enfermedad en etapa temprana en la que el tumor es pequeño y está confinado al tejido mamario. Se divide en dos subcategorías:
- Estadio IA: el tumor mide hasta 2 centímetros (cm) de tamaño y no se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos.
- Estadio IB: se encuentran pequeños grupos de células cancerosas en los ganglios linfáticos y el tumor mide hasta 2 cm de tamaño, o no se encuentra ningún tumor en la mama, pero se encuentran pequeños grupos de células cancerosas en los ganglios linfáticos.
Etapa II
El cáncer de mama en estadio II se divide en dos subcategorías y puede indicar una enfermedad más avanzada en comparación con el estadio I. Se subdivide en:
- Estadio IIA: el tumor mide entre 2 y 5 cm y se ha diseminado a 1-3 ganglios linfáticos cercanos, o el tumor mide más de 5 cm pero no se ha diseminado a los ganglios linfáticos.
- Estadio IIB: el tumor mide más de 2 cm pero no más de 5 cm y se ha diseminado a 1-3 ganglios linfáticos axilares, o el tumor mide más de 5 cm pero no se ha diseminado a los ganglios linfáticos.
Estadio III (cáncer de mama localmente avanzado)
El cáncer de mama en estadio III se considera localmente avanzado, lo que indica que el cáncer se ha diseminado más allá de la mama y los ganglios linfáticos cercanos, pero aún no ha metastatizado a órganos distantes. Se subdivide además en:
- Estadio IIIA: el tumor mide más de 5 cm y se ha diseminado a 1 a 3 ganglios linfáticos axilares, o el tumor es más pequeño pero se ha diseminado a 4 a 9 ganglios linfáticos axilares.
- Estadio IIIB: el cáncer se ha diseminado a la pared torácica o a la piel de la mama, causando ulceración o inflamación, y puede afectar hasta nueve ganglios linfáticos axilares.
- Estadio IIIC: el cáncer se ha diseminado a 10 o más ganglios linfáticos axilares, o se ha diseminado a los ganglios linfáticos por encima o por debajo de la clavícula (ganglios linfáticos supraclaviculares o infraclaviculares).
Estadio IV (cáncer de mama metastásico)
El cáncer de mama en estadio IV, también conocido como cáncer de mama metastásico o avanzado, indica que el cáncer se ha diseminado a órganos o tejidos distantes, como los huesos, los pulmones, el hígado o el cerebro. Es posible que se haya originado en la etapa IV o que haya progresado desde una etapa anterior. Si bien el cáncer de mama en etapa IV no es curable, el tratamiento tiene como objetivo controlar la enfermedad, aliviar los síntomas y prolongar la supervivencia.
Prevención del cáncer de mama
La prevención del cáncer de mama implica adoptar hábitos de vida saludables, someterse a exámenes de detección periódicos y abordar los factores de riesgo modificables que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad. Si bien no es posible eliminar por completo el riesgo de cáncer de mama, ciertas estrategias pueden ayudar a reducir la probabilidad de que ocurra.
1. Mantenga un peso saludable
El sobrepeso o la obesidad, especialmente después de la menopausia, se asocian con un mayor riesgo de cáncer de mama. Trate de alcanzar y mantener un peso saludable mediante una dieta equilibrada y actividad física regular. Incorpore frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables a su dieta, mientras limita los alimentos procesados, las bebidas azucaradas y los alimentos ricos en grasas.
2. Realizar actividad física con regularidad
Se ha demostrado que la actividad física regular reduce el riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres posmenopáusicas. Esfuércese por realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio de intensidad vigorosa cada semana. Actividades como caminar a paso ligero, trotar, nadar, andar en bicicleta o bailar pueden ayudar a mejorar el estado físico general y reducir el riesgo de cáncer de mama.
3. Limita el consumo de alcohol
El consumo de alcohol es un factor de riesgo conocido para el cáncer de mama, e incluso el consumo moderado de alcohol se asocia con un mayor riesgo. Si decide beber alcohol, hágalo con moderación. La Sociedad Estadounidense del Cáncer recomienda limitar el consumo de alcohol a no más de una bebida por día para las mujeres.
4. No fumes
Fumar está relacionado con numerosos riesgos para la salud, incluido un mayor riesgo de cáncer de mama. Si fuma, busque apoyo para dejar de fumar y evitar la exposición al humo de segunda mano. Dejar de fumar puede tener importantes beneficios para la salud y reducir el riesgo de diversos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas.
5. Amamantar, si es posible
Se ha demostrado que la lactancia materna ofrece beneficios protectores contra el cáncer de mama, especialmente en mujeres premenopáusicas. Trate de amamantar a su bebé, si es posible, ya que la lactancia materna puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama y brindar otros beneficios de salud tanto para la madre como para el niño.
6. Limitar la terapia hormonal
La terapia de reemplazo hormonal (TRH) y los anticonceptivos orales que contienen estrógeno y progesterona se han asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama. Si está considerando la terapia hormonal para los síntomas de la menopausia o la anticoncepción, analice los posibles riesgos y beneficios con su proveedor de atención médica y explore opciones alternativas, como terapias no hormonales.
7. Cribado y detección temprana
Las pruebas periódicas de detección del cáncer de mama pueden ayudar a detectar el cáncer en sus etapas más tempranas y tratables. Siga las pautas recomendadas para mamografías y exámenes clínicos de los senos según su edad, antecedentes familiares y factores de riesgo individuales. Discuta su cronograma de exámenes de detección con su proveedor de atención médica y sea proactivo al programar exámenes de detección regulares.
8. Conozca su historia familiar
Tener antecedentes familiares de cáncer de mama o ciertas mutaciones genéticas, como BRCA1 y BRCA2, pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. Tenga en cuenta sus antecedentes familiares y discútalos con su proveedor de atención médica. Si tiene antecedentes familiares importantes de cáncer de mama u otros cánceres, se pueden recomendar pruebas y asesoramiento genético para evaluar su riesgo y desarrollar un plan personalizado de detección y prevención.
9. Come una dieta saludable
Consumir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras puede ayudar a mantener la salud general y reducir el riesgo de cáncer de mama. Trate de llevar una dieta baja en grasas saturadas, alimentos procesados y refrigerios azucarados. Considere incorporar alimentos ricos en antioxidantes, como bayas, verduras de hojas verdes y nueces, que pueden tener efectos protectores contra el cáncer.
10. Tenga en cuenta las exposiciones ambientales
Limite la exposición a toxinas y contaminantes ambientales que pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. Minimizar la exposición a pesticidas, productos químicos domésticos y contaminantes industriales siempre que sea posible. Elija alimentos orgánicos, utilice productos de limpieza naturales y abogue por políticas que promuevan la salud y la seguridad ambiental.
Diagnóstico de cáncer de seno
El diagnóstico de cáncer de mama implica una evaluación integral que incluye examen clínico, estudios de imagen y muestreo de tejido (biopsia) para análisis patológico. La detección temprana mediante exámenes de detección de rutina y una evaluación diagnóstica rápida es crucial para mejorar los resultados y el pronóstico del tratamiento.
1. Examen clínico de mama (CBE)
Un médico suele realizar un examen clínico de los senos durante un examen físico de rutina. El proveedor palpa los senos y las áreas circundantes para detectar cualquier anomalía, como bultos, engrosamiento o cambios en la textura. Si bien la EBC por sí sola no es suficiente para diagnosticar el cáncer de mama, sirve como un paso inicial importante para identificar posibles signos de la enfermedad.
2. Estudios de imagen
Los estudios de imagen juegan un papel fundamental en la detección y caracterización de anomalías mamarias. Las principales modalidades de imágenes utilizadas en el diagnóstico del cáncer de mama incluyen:
- Mamografía: La mamografía es el estándar de oro para la detección y detección del cáncer de mama. Utiliza rayos X en dosis bajas para producir imágenes detalladas del tejido mamario, lo que permite a los proveedores de atención médica identificar áreas sospechosas, como masas o microcalcificaciones.
- Ultrasonido: el ultrasonido mamario utiliza ondas sonoras para generar imágenes del tejido mamario. A menudo se utiliza como herramienta de imágenes complementaria para evaluar los bultos mamarios detectados en una mamografía o un examen clínico, particularmente en mujeres jóvenes o aquellas con tejido mamario denso.
- Imágenes por resonancia magnética (MRI): la MRI de mama se puede recomendar en ciertos casos, como para personas de alto riesgo o para evaluar más anormalidades detectadas en una mamografía o una ecografía. La resonancia magnética proporciona imágenes detalladas del tejido mamario y puede ayudar a evaluar la extensión de la enfermedad en el seno y las áreas circundantes.
3. Biopsia
La toma de muestra de tejido mediante biopsia es el método definitivo para diagnosticar el cáncer de mama y determinar su subtipo y características. Existen varios tipos de biopsias de mama, que incluyen:
- Aspiración con aguja fina (FNA): la FNA implica el uso de una aguja fina para extraer células de un bulto en el seno o de un área sospechosa para examinarlas con un microscopio. Se utiliza comúnmente para evaluar masas mamarias palpables.
- Biopsia con aguja central (CNB): la CNB utiliza una aguja más grande para extraer una muestra de tejido central de una anomalía mamaria. Proporciona una muestra de tejido más extensa que la FNA y, a menudo, se prefiere para diagnosticar el cáncer de mama.
- Biopsia asistida por vacío (VAB): la VAB utiliza un dispositivo impulsado por vacío para recolectar múltiples muestras de tejido de una lesión mamaria, lo que permite un diagnóstico y una caracterización más precisos de las anomalías.
- Biopsia quirúrgica: en algunos casos, particularmente cuando otros métodos de biopsia no son concluyentes, se puede realizar una biopsia quirúrgica para obtener una muestra de tejido más grande para su examen. Las biopsias quirúrgicas incluyen la biopsia por escisión (eliminación de toda la anomalía) o la biopsia por incisión (extracción de una porción del tejido anormal).
4. Análisis patológico
Las muestras de tejido obtenidas mediante biopsia se envían a un laboratorio de patología para que un patólogo las examine microscópicamente. El análisis patológico determina si hay cáncer, identifica el tipo y subtipo de cáncer de mama, evalúa el grado del tumor (grado de agresividad) y evalúa el estado de los receptores hormonales (receptor de estrógeno, receptor de progesterona) y la expresión de HER2/neu. Estos factores ayudan a guiar las decisiones de tratamiento y el pronóstico.
5. Estudios de estadificación
Una vez que se confirma el diagnóstico de cáncer de mama, se pueden realizar estudios de imágenes adicionales para determinar la extensión de la enfermedad (estadificación). Esto puede incluir modalidades de imágenes como la tomografía computarizada (CT), la tomografía por emisión de positrones (PET), la gammagrafía ósea o la resonancia magnética (MRI) del tórax, el abdomen y la pelvis. Los estudios de estadificación ayudan a evaluar si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos o a órganos distantes e informan la planificación del tratamiento.
6. Pruebas genéticas
Se pueden recomendar pruebas genéticas para personas con fuertes antecedentes familiares de cáncer de mama o factores de riesgo específicos, como una edad temprana en el momento del diagnóstico o múltiples cánceres primarios. Las pruebas genéticas evalúan mutaciones en genes como BRCA1, BRCA2 y otros asociados con un mayor riesgo de cáncer de mama. Los resultados de las pruebas genéticas pueden influir en las decisiones de tratamiento, la evaluación de riesgos y las recomendaciones de detección para los pacientes y sus familiares.
Tratamiento del cáncer de mama
El tratamiento del cáncer de mama es altamente individualizado y depende de varios factores, incluidos el tipo y estadio del cáncer, las características del tumor, el estado del receptor hormonal, la expresión de HER2/neu, las mutaciones genéticas, el estado de salud general y las preferencias del paciente. Un enfoque multidisciplinario que implique la colaboración entre diferentes especialidades médicas, incluida la cirugía, la oncología médica, la oncología radioterápica y la atención de apoyo, es esencial para brindar un tratamiento integral y eficaz.
1. Cirugía
La cirugía es una modalidad de tratamiento principal para el cáncer de mama y puede implicar la extirpación del tumor (lumpectomía o mastectomía parcial) o de toda la mama (mastectomía). También se puede realizar una disección de los ganglios linfáticos para evaluar si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos. Los tipos de cirugía de mama incluyen:
- Lumpectomía: extirpación del tumor y un pequeño margen de tejido mamario normal circundante, preservando al mismo tiempo el resto de la mama.
- Mastectomía: Extirpación de todo el tejido mamario, que puede ser unilateral (una mama) o bilateral (ambas mamas). Los tipos de mastectomía incluyen mastectomía total, mastectomía radical modificada y mastectomía con preservación de la piel.
- Biopsia del ganglio linfático centinela: extirpación y examen de uno o varios ganglios linfáticos para determinar si el cáncer se ha extendido más allá de la mama. Si los ganglios linfáticos centinela son negativos para el cáncer, se puede evitar una disección adicional de los ganglios linfáticos.
2. Terapia de radiación
La radioterapia utiliza rayos X de alta energía u otras formas de radiación para matar las células cancerosas y reducir los tumores. Puede recomendarse después de una cirugía de conservación de la mama (lumpectomía) para reducir el riesgo de recurrencia local o después de una mastectomía en ciertos casos. Los tipos de radioterapia para el cáncer de mama incluyen la radioterapia de haz externo (EBRT) y la braquiterapia (radioterapia interna).
3. Quimioterapia
La quimioterapia implica el uso de medicamentos para matar las células cancerosas o prevenir su crecimiento y propagación. Puede administrarse antes de la cirugía (quimioterapia neoadyuvante) para reducir los tumores, después de la cirugía (quimioterapia adyuvante) para eliminar las células cancerosas restantes o como tratamiento primario para el cáncer de mama avanzado o metastásico. Los regímenes de quimioterapia pueden incluir una combinación de medicamentos y pueden variar según las características del tumor y los factores individuales del paciente.
4. Terapia hormonal
La terapia hormonal, también conocida como terapia endocrina, se usa para tratar el cáncer de mama con receptores hormonales positivos (HR+) bloqueando los efectos del estrógeno o reduciendo los niveles de estrógeno en el cuerpo. Puede recomendarse tanto para mujeres premenopáusicas como posmenopáusicas. Las opciones de terapia hormonal incluyen moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (SERM), inhibidores de la aromatasa (IA) y terapia de supresión ovárica en mujeres premenopáusicas.
5. Terapia dirigida
Los medicamentos de terapia dirigida se dirigen específicamente a moléculas involucradas en el crecimiento y la progresión del cáncer, como la proteína HER2/neu en el cáncer de mama HER2 positivo. Las terapias dirigidas para el cáncer de mama incluyen anticuerpos monoclonales (p. ej., trastuzumab), inhibidores de la tirosina quinasa (p. ej., lapatinib) y conjugados anticuerpo-fármaco (p. ej., ado-trastuzumab emtansina). Estos medicamentos suelen usarse en combinación con quimioterapia u otros tratamientos.
6. Inmunoterapia
La inmunoterapia funciona estimulando el sistema inmunológico del cuerpo para que reconozca y ataque las células cancerosas. Si bien aún no se utiliza ampliamente para el cáncer de mama, las investigaciones en curso están explorando el potencial de la inmunoterapia en ciertos subtipos de la enfermedad, en particular el cáncer de mama triple negativo (TNBC). Los inhibidores de puntos de control inmunológico, como pembrolizumab, se pueden usar en combinación con quimioterapia para pacientes selectos con TNBC avanzado o metastásico.
7. Terapia adyuvante
La terapia adyuvante se refiere a tratamientos adicionales administrados después del tratamiento primario (cirugía o quimioterapia) para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer. Puede incluir radioterapia, terapia hormonal o terapia dirigida, según las características específicas del tumor y el riesgo de recurrencia.
8. Atención de apoyo
La atención de apoyo desempeña un papel crucial en el manejo de los efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama y en la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Esto puede incluir medicamentos para controlar el dolor, las náuseas y otros síntomas, así como apoyo psicosocial, asesoramiento nutricional, fisioterapia y servicios de rehabilitación.
Conclusión
El cáncer de mama es una enfermedad compleja y multifacética que afecta a millones de personas en todo el mundo. A pesar de los importantes avances en la investigación, el diagnóstico y el tratamiento, el cáncer de mama sigue siendo un desafío de salud formidable, lo que subraya la importancia de los esfuerzos continuos en prevención, detección temprana y tratamiento. Al crear conciencia, promover la detección temprana y abogar por el acceso a una atención de calidad, podemos seguir avanzando en la lucha contra el cáncer de mama y mejorar la vida de las personas afectadas por esta enfermedad.